TU NOMBRE Y TU PALABRA
Juntar las manos quisiera,
sentir un rezo profundo,
porque un maestro que enseña
tiene valor en el mundo.
Juan Andrés de la Peña, presente,
brindando su sueño alado,
nadie olvidará el camino
que este maestro ha enseñado.
Fue también un orador,
de ferviente calidad,
lágrimas pudo arrancar
cuando su palabra dio.
Somos hijos de su escuela,
su ejemplo y su tradición,
son parámetros que el tiempo
con firmeza demostró.
Bajo el ala de su sueño,
que la vida le brindó,
esta escuela está presente,
hoy, en su recordación.
Rosana Laura Gagliero
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